La falta de un ser querido es siempre un momento de enorme trance en nuestras vidas. El dolor cuando sucede un hecho luctuoso cerca no cambia con el tiempo, pero la forma de afrontarlo y el proceso formal han evolucionado con el paso de los años. Hoy en día, los entierros poco tienen que ver con los que se hacían tiempo atrás, en la época de nuestros abuelos (hasta las lápidas son diferentes) y el papel de la familia también se ha visto modificado, aligerándolos de la engorrosa burocracia y de las decisiones en tan delicado momento. Todo ello, gracias a la aparición de los servicios funerarios, que trabajamos para hacer más sencillo este, inevitablemente, complicado proceso. Te contamos como ha sido la evolución de los entierros.
Desde Funeraria La Dolorosa hemos sido testigos de esta evolución. Contamos con más de 86 años de experiencia en el sector funerario. Nos hemos adaptado a los cambios siempre velando por ofrecer los mejores servicios a nuestros clientes en los momentos más delicados.
La aparición de los servicios funerarios
La principal diferencia entre los entierros de antaño y los actuales se encuentra, principalmente, en el papel de la familia. Antes, era la encargada de todo. Desde llamar al médico para las correspondientes certificaciones legales, vestir y arreglar al fallecido antes de ser expuesto para su velatorio, hasta hablar con la parroquia y el ayuntamiento para el cementerio, encargar lápidas, coronas y demás ornamentos. Todo eso suponía un auténtico quebradero de cabeza para los encargados, que sumaban al dolor del momento la responsabilidad de cumplir con las últimas voluntades de la persona que había fallecido. Hoy en día, ese proceso es realizado por los servicios funerarios, quienes se encargan de absolutamente todo: aspectos oficiales y legales, contacto con el tanatorio, la iglesia (o lugar donde se realice el oficio), traslado y arreglo del cuerpo, encargo de flores, lápidas, etcétera. Así, se simplifica este trago para los allegados al fallecido.
De los velatorios privados a los tanatorios
La evolución de los entierros también ha marcado el lugar de encuentro de las personas que quieren dar la última despedida a quien se marcha. Antiguamente, se habilitaba una habitación en la casa del fallecido donde se instalaba la capilla ardiente y se velaba al muerto hasta su entierro. Allí acudían familiares, amigos, vecinos, etcétera. En ocasiones, se servían bebidas y pequeños aperitivos a los invitados e incluso días después acudían a casa invitados para dar el pésame.
Sin embargo, con el tiempo se ha ido advirtiendo que las condiciones de temperatura e higiénicas no son las más adecuadas en ese ambiente. Que ha sido sustituido por el tanatorio: lugar aséptico, preparado específicamente para este tipo de ocasiones y en el que están todas las comodidades para hacer la estancia lo más cómoda posible. En especial para los familiares del difunto que pasan allí largas horas. En casi todos existe la posibilidad de pasar la noche entera acompañando a nuestro ser querido, dependiendo esta opción de la voluntad de la familia.
La ceremonia de despedida
En cuanto a la ceremonia de despedida, anteriormente era siempre religiosa, pero ahora se puede realizar una misa funeral en una iglesia o capilla (en el propio tanatorio las hay) o realizar una ceremonia de despedida civil, sin componentes religiosos. También en el propio tanatorio.
Entierros y cremaciones
Por otro lado, cada vez más personas deciden cambiar el clásico entierro, bien en tierra o en nichos, por la incineración en el crematorio. Alguna de las tradiciones propias de décadas atrás que ha ido desapareciendo ha sido el reparto de las esquelas tras el funeral, a modo de recordatorio, que incluían una foto del fallecido y un texto o pequeña oración por su alma. También las misas los días posteriores a la muerte se han reducido. Han pasado a a ser normalmente 2 o 3, en los días señalados por la familia.
El luto también se ha aligerado considerablemente. Acotándose a los más allegados y sin el carácter obligatorio de antaño. En definitiva, muchos factores han cambiado pero, sobre todo, destacaremos que la puesta en marcha de empresas de servicios funerarios ha hecho de los entierros de hoy en día un proceso mucho más sencillo. Y, sobre todo, menos traumático para los familiares.
Cuenta con Funeraria La Dolorosa de Albacete
Funeraria La Dolorosa cuenta con todos los servicios que pueden necesitarse para atender a sus clientes en los duros momentos de la pérdida de un ser querido. No queremos que nada quede al azar ni desatendido. Por eso nos ocupamos de todo el proceso desde el mismo momento de la notificación de la defunción.
Especialista en organización de servicios funerarios
Profesional con más de 30 años de experiencia en la coordinación y logística de servicios funerarios. Su trabajo garantiza que cada ceremonia y servicio se lleve a cabo con la máxima eficiencia y atención al detalle, brindando a las familias un ambiente de serenidad, confianza y apoyo. Javier se destaca por su compromiso con la excelencia y su capacidad para adaptar los servicios a las necesidades particulares de cada cliente.